Samuel Bossini (de Santiago del Estero, vive en CABA),
Mundo Natural, Malvario, 2012.
Mundo Natural
como fantasma del hombre cuando transcurre su otra vida fuera de
momentos, partidas, regresos; climas, fronteras, espacios y tiempos.
Mundo Natural
que apresa su juego. Su razón reside en la construcción de un Alma que
indaga en la otra normalidad de los cuerpos. Dibuja en el Aire una Mano
cuyas líneas serán leídas bajo el manto, por esa mirada que descubre, en
las ceremonias y sus silencios, la parte del bosque donde el espíritu,
por diversión o hartazgo, reta con ligereza al destino.
Mundo Natural que sólo puede ser traspasado desde un lenguaje poético.
Mundo Natural que colmará su cielo en esta tierra, llenando su vientre con aquel presagio de los Dioses: El pasajero tocará las aguas.
¿Qué nadie está en la vida que se le conoce? Dionisíacos o Apolíneos.
Roza o pisa, no importa, haz tu Poema. Con las ninfas y los malos
poetas es necesario cautela. El día se abrirá tanto que cegará al
vidente. La soledad es un cazador de cabezas. Hay formas que se ocultan.
Los detalles pierden sus prendas en los muelles. La verdad y el Amor
como Mano que se abre dispuesta a aplastar la luna. Los sueños no
trabajan para uno. Si existe una tarea es reponerle la inocencia a la
Palabra. Estar atentos y observar nuestro encuentro con lo
incompatible. Mundo natural hermético y mundano. El metafísico
pierde su risa en un vaso de Agua. Necesito lo que llega, por ello me
cuido de perderlo. Cuando el tiempo no pueda extenderse bajo los
párpados, nada será azar en el instante.
Hasta la derrota exhibe su vanidad.
Carta de despedida de un enamorado
Nada
hay Amor. Nada. Ni brazos emergiendo de los bosques con dedos
inclinados. Nada Amor mío. Ya nadie recuesta el Alma sobre aquel árbol
que se curva sobre Agua pura y abundante. Nada hay Amor. Los cuerpos
buscan un espacio donde correr de una punta a otra sin acabar como
hormigas nerviosas dentro de un vaso. Unos sonidos de tijeras anuncian
la levedad. ¿Quiénes se aman? ¿Podemos sentir el roce de sus labios como
el Ala de una avispa? ¿Cómo Amar sin sentirse frente a un espejo
construyendo un rostro? Nada Amor. Ni el ademán de leer las huellas de
los rostros grabados en la almohada. Las manos pueden cerrarse y
conservar un eco para luego liberarlo en un cuarto de baño. Todos somos
ojos de una misma cabeza. Nada hay Amor. Puede verse con claridad cuando
intentas en mitad de la Noche rehacer nuestros fantasmas famélicos y
heridos. Suavemente el Cielo cambia sobre nuestras cabezas y nos hace
danzar frenéticos sobre nuestros pies de toros y decir: nada hay Amor,
sólo sea nuestro desvalido apego por matar y devorar la presa.
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