Desde el 2 de enero hasta mitad de febrero de 2013, realicé cien notas de facebook con lecturas de poesía publicada en el país desde los últimos días de 2011 hasta los primeros de 2013. La selección, que llevaba el mismo título que este blog, abarcó textos que aparecieron en papel y en blogs, tanto de poetas como de traductores de distintos lugares de la Argentina. Las que denominé "entregas de poesía" también incluyeron doce "yapitas": otras notas con videos y audios de lecturas de poesía en distintos tipos de experiencias.

En los últimos días de diciembre de 2013, decidí reunir todo ese material en este blog, más algunos agregados de libros que también se publicaron en 2012 y que no había llegado a incluir en la primera selección.

No hace falta aclarar que estos textos no agotan toda la poesía publicada durante ese año, pero intenta ser un aporte que muestre las variadas y valiosas poéticas que podemos leer actualmente en el país.

viernes, 27 de diciembre de 2013

Entrega 100: 17 de febrero de 2013




Clara Fernández Moreno (CABA), El día de la vida, Ediciones del Dock, 2012 (Premio Municipal de Poesía inédita bienio 80/81).












La flecha


hace muchos días o meses o años
como cien
yo era yo
cometías las cosas comunes
eso era antes
ahora
soy solamente la flecha de un arco tendido hacia tu mundo




 Vida de mujer

Vivo allí
donde el sol no entra
ni pan
ni nadie
con prisa siempre
con el corazón en el correo
persiguiendo recetarios perdidos
en valijas imposibles de abrir
vivo
en las sillas que ornaban el consultorio del antiguo médico
junto a la percha donde sus pacientes colgaban el paraguas
y las gotas caían sobre la bandeja de hierro
oxidándola
esos sombreros del campo de las quintas
esos pacientes que llamaban a las puertas de mi padre
cuando tus calles, Venelux, eran plácidos charcos
de agua de la lluvia caída sobre ti, Venelux
cuando la mujer del médico mi madre
jugaba con los muertos de la fiebre amarilla
y a veces encontraba botas
otras un cinturón de cuero
una sotana
vivo
entre tantas cosas que hice
y tantas que haré
recorriendo vidrieras falsas                                                                         
mientras los pálidos del miedo
me empujan
cuando voy
cuando regreso
mientras los otros ensillan sus caballos
y se van a comer




Pasaje Robertson

a mi padre, Baldomero Fernández Moreno

ave
ala de pájaro
cómo se dice
cuando se recuerda un ave unida a un tronco
o la fruta que cae hendiendo las olas
es aquel árbol partido
por enlazarse tanto a las verjas
los cipreses quebrando la punta del viento
la soledad del jardín
la calle Robertson
toda la cuadra
la manzana entera
es la mesa escritorio
la silla sola en mitad de la sala
lo que resta del palpitar de un pecho
los rastros de un padre
cabezas de pájaro creador y ciprés
que caen
se quiebran
entre rocas y brumas
hasta que el quejido del recuerdo cierra mis labios
y yerro la infancia
en el falso mar de pensamientos y palabras






Luminarias

a mi madre, Dalmira López Osornio

hay luces que respiran en la casa
hay despedidas personas
voces que se fueron
idasIdas
VillosVillitos
Blancas conquistadoras
Césares carreristas
quemafortunas
personajes deslumbrantes
que amorosos
persiguen mi figura
quebrar quieren
quebrarme quieren
esos puros sombra total
uno por uno desde el campo estrellado
esa zona
esta noche luciente
Chascomús guarda cuatro
Lamadrid tres
Buenos Aires dos o cinco
y faltan algunos
falta ése que se fue al desierto
amante de los indios
continuamente hereje
falta la monja María de los Ángeles
que arrepentía pecados
en las casas prohibidas
Delma Agustinita
colegio cerval donde aprendieron a matar
a dejarse morir
César Silverio
anotaste tu nombre
en el cristal esmerilado
tuviste también lumbre sobre tus ojos
un futuro imposible de vivir
te cegaron los rebaños más fuertes
vellones mezclados con el pasto
la misma vida te cegó
qué hiciste Silverio
mandando parir a tus diez hijas
con tu galera
tus cascos
tu cancela inicialada
tus carruajes
temporales en el teatro Colón
esplendorosa blanca
pobrecita Dora
madre de endemoniados
y Laura la más lujosa
tomaste el agua que te iba a matar
en la boca del aljibe
agua fresca
ojos frescos
boca fresca
mármol de la pampa húmeda
que te iba a matar
yo estaba naciendo
cuando me detuvo el miedo
tanto miedo tenía
que necesité tres partos
para llegar al mundo
háganme una seña
líbrenme del mal
de alimañas
oh mis tías
pobrecitas







Entrega 99: 17 de febrero de 2013




Claudia Sbolci (Córdoba), CARTE D'UN MONDE PARA LL ÉLE, Alción, diciembre de 2012.













SEPT    /    DUET



Quizás al amor como a la lluvia se llegue
por distracción, repetición o error.

No sé por cuál de los tres,
llegamos hasta aquí,
pero hoy, llueve.
Y es el sonido de la lluvia
ese lugar común
sobre el que revolotean en círculos
los recuerdos con Elle.

Elle fluyendo cual arroyo
arrullada por los grillos.

Elle en el aullido de un coyote
huyendo por el valle,
su llanto subyugado
Elle en el murmullo
de las llantas, las zambullidas
en los hoyos de la calle.

Elle en el chillido onomatopéyico.
de las grullas sobre el muelle.
Elle en el sello, la llave y la escotilla.
Elle en cada detalle.
Elle leyendo en pijamas.

Elle la música cayendo
vertical/oblicua
sobre la resistencia que calla.

“No quiero más tatuaje”,
me dijiste aquel día
desnuda sobre el pasto,
“que el que estas gotas dibujan
sobre mi cuerpo al azar”.

Entonces comprendí por primera vez
el origen de los planetas llenos de grietas
por donde se cuela el sol.

Afuera, la línea imaginaria de la costa,
divide a la tierra en dos.

La ola retrocede
toma impulso y desbarata
por un segundo
el inestable equilibrio
del mundo.

Adentro, un hilo de brisa,
cual Ariadna a su Teseo,
conduce a todo un Océano
por el ojo del laberinto de un caracol.

Batalla Vanal
Elle: agua, agua y más agua.
Yo: tocada, averiada, hundida.

¿Cuánto tarda el mar en ocupar
el espacio abandonado
por los cuerpos?

¡Eureka!, grito,
en el preci(o)so instante
en que te veo resurgir de nuevo entresueños
como extraída  del mismísimo co-seno de un volcán
para refutar de manera impecable
la vieja hipótesis de Arquímedes:
“Todo cuerpo emergido de un fluido
experimenta sobre él
un deseo en dirección contraria
cuya naturaleza es proporcional
a la fuerza del vacío generado”

Debajo de la superficie
el repiqueteo de las gotas
es un fenómeno alien(ante)
que pasa siempre
en otro lugar.

Debajo de la superficie
las palabras se silencian
y naufragan atlántidas.

Detrás de ti, en cambio,
las huellas húmedas desaparecen lentamente
como si otra tú que aún no es
te estuviera siguiendo de cerca
los pasos.







Entrega 98: 17 de febrero de 2013





Fredy Yezzed (de Colombia, actualmente vive en Buenos Aires), El diario inédito del filósofo vienés Ludwig Wittgenstein, Ediciones del Dock, 2012.













5


5          Decid: ¿quién se ha curado de su infancia jamás?

5.1       Habitaciones vacías & altos techos: fue lo que mi madre expulsó de su boca.

5.101   Madre, déjame pintarte las uñas de los pies.

5.11     Todo lo que seremos se concentra desde el nacimiento hasta los siete años de vida. Nuestra poesía
            va comprimida. Año tras año, la abrimos como a una lata de atún de Helsinki: esperando que nos sorprenda
            cerrando un libro, escribiendo un agrio recuerdo sobre la niñez.

5.12     Los cisnes del lago de Neusie aprendieron a volar olvidándose de que su misión era volar; asimismo, el joven
            Ludwig aprendió a pensar olviándose de que su misión era volar.

5.121    Madre, donde quiera que estés, aún sueño con la nieve roja de Suiza.

5.13     El único día en que sentí la piel de mi padre fue la tarde en que me abofeteó por estar leyendo Les fleurs du
           mal. Sólo B. me enseñó a comprenderlo & a tenerle compasión.

5.2       A un poco de alcohol & abismo huele esta época.

5.21     La tragedia de nuestras equivocaciones tiene que ver con el hueso del verbo amar (& su mala conjugación).

5.211   Lo diré. No me avergüenza. La primera vez que escribí un poema fue para odiar a mis compatriotas. Lo
            escribí después de ver un muerto sobre una calle de mi hermoso país.

5.22     Solo el que ha estado en la guerra lo ha intuido: el que mata a un hombre atenta contra el lenguaje. Borra del
            mapa a alguien que dijo antes de partir a la misma guerra: "Mi Sol, espérame para la próxima cosecha".

5.231   Cuando vi por primera vez un avión de guerra, perdí mi creencia en el hombre; & cuando lo vi
            bombardeando Londres, perdí mi creencia en el Cielo, que creó a un hombre, que creó una espina tan letal.

5.232    ¿Dónde, en qué lejanas calles en ruinas de Salzburgo, en qué abandonados patíbulos de Auschwitz, en qué
             pestilentes orinales de Viena: la ecuación perfecta para tumbar estos muros de Sal, esta Sal de los ojos?

5.233    Si miedo no son estos pies helados, esta piel adherida a las costillas & este hermetismo que no deja pasar a
            Dios a través del concreto, yo no que es el miedo. Yo no sé.


(fragmento)








Entrega 97: 14 de febrero de 2013





Florencia Esses (CABA), La cebra que sobra, Ediciones Abran cancha, 2012.













Monstrua asustada

Lola, mi monstrua,
vive asustada,
siempre escondida
bajo mi almohada.

Yo la protejo,
siempre la cuido
de los fantasmas
y los dragones
que viven dentro
de mis cajones.

Yo la protejo,
siempre la cuido
de las tormentas,
los chaparrones,
los alaridos
de los gritones.

Lola, mi monstrua,
vive asustada,
siempre escondida
bajo mi almohada.






Monstruo, monstruito

Monstruo, monstruito,
monstruame tu corazón.
¿Es grande o es chiquitito?
Monstruame solo un poquito.





Entrega 96: 14 de febrero de 2013





Irma Marc (de Rosario, vive en Córdoba), poemas publicados en junio de 2012 en el blog Una de poetas, de Graciela Cros.













Lo solar y lo oscuro

La piel fulgura entre los bordes
de lo oscuro
que se abre
y lo solar.


Se sabe,  desnudar fascina
más que lo desnudo,
develar cautiva en el extraño
apareamiento entre piel y neuronas.


Se sabe, entrar en el mito siempre entraña riesgos,
textos sagrados muy antiguos hablan de un diluvio,
de cierta arca poblada por parejas de animales y una pareja humana,
cuentan que todo lo existente pereció en las grandes aguas
y que todo volvió a comenzar a partir de esos pocos.
Entonces, con inocencia y a su tiempo,
los cuerpos se encontraron,
nadie habló de Ley o de Pecado o de Caída
(¿Y si sólo pudiera hablarse de caída desde abajo?
 ¿Y si en lo alto, el descenso fuera simple perspectiva del vuelo?),
porque los episodios del rito eran sagrados,
lo que se abría y centelleaba eran los cielos,
lo demás,
materia oscura sumergida.
Se sabe, la evaporación es lenta
y la materia quemante del lenguaje
hace emerger lo que sí,
lo que no,
es la memoria atrás de la memoria,
del gran estruendo de las aguas
que cayeron sobre el agua
cuarenta días y cuarenta noches,
en lo que lo que lo solar y lo oscuro
fueron uno.
No pares.







Los cuerpos perdidos



                                    Para la poesía, la juventud no basta; se requiere la infancia
                                                                                             Giovanni Páscoli 



Yo no quería fallarle a papá
pero resulta que también quería encontrar  esa palabrita esa palabrita
en el colegio me enseñaron a escribir
yoamoamipapámimamamemimayenelprincipiofueelVerbo
y yo quería empezar por el principio
para que me naciera el cuerpo
porque no es cierto que yo nací en Rosario, papá, yo nací en el lenguaje y tampoco es cierto que me fui, papá o que vos te moriste, papá, porque
uno no está acá o allá, en el Cielo, en el purgatorio o en el temido infierno, en la República Argentinayenelcentrodemipechounalatadesardinas, papá, uno vive en el lenguaje, papá,
sin la lengua no hay cuerpo,
y yo no quería fallarte, Papá, pero vos querías que yo hablara de las medidas de capacidad y de los volúmenes y de cosas que pudieran tocarse, que pudieran venderse y comprarse en una ciudad donde la gente se levanta, desayuna,


merienda y cena y estudia  y tiene diplomas y chapas y las lustra y los cuelga y trabaja y se casa y tiene chicos y se compra casas, autos y all inclusive en Cancún.


Yo quería darte el gusto, papá, te lo juro,
pero tenía que buscar esa palabrita esa palabrita






De Los cuerpos perdidos (inédito).








Entrega 95: 12 de febrero de 2013




Máximo Ballester (pcia. de Buenos Aires), poemas publicados en enero de 2012 en su blog Musas extraviadas.














Poemas para tres cuadros de la serie Migrantes de María Fernanda Rege














3


Hilos, trazos luminosos.
La noche y sus fantasmas.
Bordes que desprenden humos.
Si nos movemos dejamos una línea,
un dejo de nube, una piel de conejo.
Si la noche es muy oscura, tocamos
lo que ha dejado de ser, lo que ya no está.



5


El barco tiene en el centro
una cresta donde se exprime el sol.


















8


Migrar. Ser una especie que migra
a espacios interiores. Migración
que anda y rueda. La voluntad de amar.
La sed por la belleza. Luego andarse
por ahí con toda la vida suelta, el amor
suelto, la belleza junta, el mundo todo nuestro.
La línea del horizonte como un cartel de bienvenida.








Entrega 94: 12 de febrero de 2013





Rubén Reches (CABA), Poesía reunida, Ruinas Circulares, 2012.














Moribundo: antes que vengan a coser tus párpados,
antes que el falso nudo se deshaga en el pañuelo
y que las ondas desaparezcan del agua,
querés repetirte con fuerza –como quien memoriza–
el nombre del lugar en donde estuviste y del que te vas.

Pero ya no lográs saber qué fue esa zona
que vos creías tan imperial y populosa
como el país de nada del que, aun viajando, siempre sos ciudadano.
Ante tus ojos ya más de carne que de vidrio
tu única migración se ha reducido a unas palabras empobrecidas y a una pieza.

Ahora que vienen a coser tus párpados
podés correr a gusto por toda la tierra de tu memoria,
pero no te basta eso para determinar qué fue esa luz que te parecía sola e infinita,
qué esas estrellas, ese humo, esas dos manos tuyas,
qué ese acordeón y esa madre.

Ahora te parece posible encerrar a toda aquella variedad en un frasco;
Ahora te parece que podrías ver todos los mares, todos los árboles y las fiestas
con solo mirar una vez a través de un orificio del diámetro de un clavo
practicado en tu tumba.

Pero igual querés gritar de una vez el nombre de la gota de la que empezás a caer,
por un desafío parecido al que hincha las venas
del hombre de nuez y de brazos desnudos,
de pie en ese arrabal de esferas,
que vocifera y vence a otros con palabras;
pero no podés, no podés, moribundo.

Incluso ahora que estés muerto, cuando vuelvas
a tu larga costumbre de no ser nada,
en el instante luego del último punto dado a tus párpados,
recordarás, sí, cada uno de tus milenios idos
y tendrás la exacta clarividencia de todo tu inagotable porvenir,
pero este episodio ínfimo de luz aun del pasado se borrará.

Y no vas a gritar el nombre de la pintada selva
que –última lágrima o fruta inmensas– todavía pende de tus párpados,
ni te erguirás para el rasguño inesperado al cielo,
en tanto que lo que no sabés nombrar se arranca pausadamente de vos,
desprende de toda tu piel un ala,
y ya no temés que la mariposa esté naciendo,
ya ni la querés nombrar,
ya no sabés, no sabés qué dejás, qué se te va, moribundo.







YA SON DE LA BRUMA…
                                            

                                        A la memoria de mi padre, Samuel Moisés Reches



                                         Así se sentaron con él en tierra por
                                         siete días y siete noches y ninguno le
                                         hablaba palabra, porque veían que
                                         el dolor era muy grande.
                                                                               Job 2:13



Ya son de la bruma tus cincuenta años de doblarte sobre las telas
y el Hoy raspa tu alma como los frenos de un tren.

Quisiste con la aguja fundar una dinastía en el peligro del tiempo
y alzaste para protegerla una fortaleza de chalecos y gabardinas.

Sin ayuda de ángeles, ateo fuerte: con sólo tus manos de leñador que cosían.

Sus habitantes teníamos que morir por orden de aparición.
Todas las cabezas que se amparaban en tu fuerza de niño mendigo debían morir blancas.
Y por eso medías, padre, y por eso enhebrabas, seguro de que así habría de ser, con la certeza
de un sastre que sabe que, si quiere, deja la tela, sale a la calle                                                                                 
y atraviesa de parte a parte un planeta con la aguja.

Mientras tus hijos compraban libros y pelotas tus sufilados los hacían inmortales.
A otros padres se les morían, o se les enfermaban, o se les iban para siempre,
                                                            pero entonces vos cortabas más, probabas más,
Y sentías en tus manos que, de querer irte a coser a la selva con toda tu familia detrás de tu silla
huirían los animales feroces al solo gesto tuyo de marcar con la tiza el primer casimir.

Alrededor de tu mesa no temíamos a las estrellas.
Eramos diez humanos agraciados. Eramos ricos.
Nos habíamos olvidado de la historia de Job.





Entrega 93: 9 de febrero de 2013




Sandra Escobar Ginés (Paso del Rey, pcia. de Bs. As.; vive en CABA), poemas publicados durante 2012 en su blog andapalabras.











PAloMAs

los cuenta
por la estepa
Los pájaros
Los que ella teme
los cuenta
Pero ya no la persiguen
/almenosesodicesupsicólogo/
Es cosa de películas



Frivolidad AnDante

"frívola"
le había dicho
la emperatriz del silencio
En ella piensa
mientras cruza
el desierto
de Mac
y escribe ProtoJaikus
ensucelular




/dice/


y el silencio
se le cayó en la boca
en medio de tanto desierto
(dice/que no la dejen suelta/en la meseta/porque se le abre la voz/dice)







Entrega 92: 9 de febrero de 2013




Roxana Palacios (Lomas de Zamora, pcia. de Bs. As.), Delta, Ediciones del Dock, 2012.



                         








                                     a Javier Adúriz, in memoriam


De cara al río ves las contenciones,
el hierro que trabajabas con tu padre,
láminas rectas para detener el agua.
Así tu nombre desde la ventana,
la mesa puesta, tu respiración,
la estampida del asma en la casa segura.
Así las tablas sumergidas en el muelle,
el pozo verde y encerrar lagartos.
Caminás la plantación de punta a punta,
la lluvia trae culebras a morir sobre la isla,
flores amarillas como mundos
se rompen en la superficie.
Perdóname, Padre, por enterrarte
debajo de los robles, el barro
se come tu cuerpo inútil,
la voz con que rozabas las hojas
que acababan de nacer.
Voy a beber tu sangre
hasta el fondo del vaso,
masticar las raíces de tu ciencia,
tu voluntad,
nuestros corazones a tu antojo.





. . . . . . .



Siglos caminando los dameros helados,
contando la cantidad de vértices blancos y negros.
Cada tanto la visión del río,
la oscuridad de los árboles,
la juventud de nuestros hijos como un agujero de señales.
Un cuerpo es eso que viste
en aquella habitación.
Aturden tus manos, ajenas y rosadas como insultos,
tu obsesión por las manos unas sobre otras.








Entrega 91: 7 de febrero de 2013




Rubén Sevlever (Santa Fe), Poemas elegidos y otros escritos, Universidad Nacional del Litoral, 2012.













Trastrueque

Hay un lenguaje sin palabras
que las palabras ignoran,
un secreto lenguaje de las cosas
que en silencio se revelan.
Hay una sombra en cada abecedario
un súbito cambio de letras
en el sabio diccionario,
cuando este oscuro corazón
late en los labios.



Así como en el mar

Así como en el mar
se construyen islas imposibles,
nacen los animales más extraños
en lo profundo de florestas gigantes
y se pierden terriblemente ebrios
los marineros que nada esperan;
así como en el mar
se hacen los misterios con espumas violetas
y doradas escamas de sirena
para el asombro de cada ojo que se atreve
y estallan ¡Oh maravillosamente!
oleajes profundos, insobornables, arcaicos,
con infantiles risas en los peñascos libres;
así como en el mar
fuertemente adheridas a cada sortilegio,
padecen mis criaturas débiles
o surgen los gritos oscuros
que me inundan.





Pueden leer más poemas de Rubén Sevlever seleccionados por Osvaldo Aguirre así como una entrevista antes inédita en el número 1 de la revista poesiaargentina.com.






jueves, 26 de diciembre de 2013

Entrega 90: 7 de febrero de 2013




Rogelio Ramos Signes (nació en San Juan, vive en Tucumán), poemas publicados en octubre de 2012 en el blog Intercuerpos, de Catalina Boccardo.













El tren se detiene en una estación vacía y




“No te duermas” me digo
             pero igual me duermo.
“Como ya te has dormido -me digo-
             no sueñes”.
Entonces sueño.
Es un sueño con palabras
             que no se dicen.
Es una canción para ver
con cielos de mermelada
y taxis de papel de diario.
Es una música de siempre.
Es un texto prohibido
             por militares analfabetos.
Tengo la cabeza en las nubes
pero las nubes son de diamante
             y me encandilo.
Un mozo de plastilina
con corbata de espejitos
me propone un canje.
“Es un canje muy conveniente
             -me dice-.
Es todo a cambio de nada.”
Tarde descubro que es todo para él
y nada para mí. Entonces lloro.
“No te despiertes”
             me dice el carcelero,
pero ya estoy despierto.





Postal de antiguo destino




La piel de mi madre niña huele a jabón Heno de Pravia.
Con un plato de loza fina, llegado de no sé dónde,
va hasta el borde del camino a esperar al pescadero.
El hombre es un aborigen con atuendos prestados
(altísimo huarpe, inexpresivo como un tótem)
que viene de la laguna a cambiar por monedas
el fruto de su paciencia y de sus precarios anzuelos.
Las aguas de Guanacache, por entonces,
no han sido bebidas por la sed del desierto sanjuanino
y todavía son buenas para la pesca.
Mi madre dice “buen día” al extenderle el plato
y luego dice “adios” al retirarlo,
ninguna otra palabra le está permitida
a una niña de hogar valenciano en tierra de indios.
El olor a Heno de Pravia es una rareza en Cochagual
y esa niña del vestidito floreado huele a eso,
bajo los tamarindos que llevan a su casa.










Entrega 89: 7 de febrero de 2013





Miguel Gaya (Ayacucho, pcia. de Bs. As.; vive en CABA), El alma y otros lugares, Ediciones en Danza, 2012.  














En el patio de un poeta menor


Ya pasaron por el cielo las aves
que migraron
al país feliz.
Ya los carros llevaron el grano
y se encendieron las fogatas
y en los campos vecinos
bailaron y brindaron
hasta que vino el día y
¿cuál fue tu cosecha
este año?

Ronda la casa un viento silencioso.
Algo que se lleva de puntillas
los papeles rotos y las cenizas
que dejaste en el patio.

Apenas un momento
algunos restos temblarán en los rincones
que los retuvieron y luego
nada serán
en el aire
se habrán ido.

Los sueños tuyos tienen el peso
de esas formas
que un momento apenas
se elevaron
y luego
como el sol de otoño en la ventana
no estuvieron más.

¿Y adónde te has ido
hoy?
¿Cuál fue tu cosecha?




El alma

El alma no transmigra: no existe.
El arte que practicas de visitarme a veces
en horas y situaciones inusitadas
y conversar conmigo
no es producto de almas en trance o viaje.
Pero yo voy contigo a cuestas
como si llevara un bebé ingrávido,
un leve acontecimiento del viento
entre las manos.
Y voy perorando ciego ante los reflejos del mundo,
solo para vos.
Y los gestos de tu entusiasmo por mí,
ese demorarse tuyo en mí,
no puedo menos que celebrarlos
con cierto escepticismo.
No sabemos, ni vos ni yo,
a qué obedecen tus apariciones,
o qué orden celeste o religioso o de células
tan ignotas como imposibles de determinar
ritman tu presencia a cualquier hora.
No me hables de almas, aunque no me hablas de ellas,
no me hables.
Conversemos, es todo, conversemos
con regularidad, en horas intempestivas,
de cualquier otra cosa,
cuando la experiencia dicta que no estás,
y te llevo conmigo
como si te estuviera abrigando o
quién sabe
convirtiéndote en alma mía,
de mí mismo,
enfundado en un largo gabán
para que no tengas frío.






Entrega 88: 6 de febrero de 2013




Susana Villalba (CABA), Susy, secretos del corazón [1989], Ruinas Circulares, 2012.













Sé que mi petición es precipitada

yo
yo y mi
yo y mi cuerpo fuimos a esa fiesta
yo bailé
hermoso rico y poderoso rozaba mi cuerpo
mi betty boop mi reina mi descalza
mi nombre es yoni.meri yo también
fuego furia ¿fumás? fuimos a su casa
estás mojada no sé no hemos sido presentados
sumergidos suma de noches estera estambres estaba aterrorizada
profeta centinela sentí un automóvil rojo rubio el tabaco
su espalda fuerte trepaba mi caída infimos funestos café
piedras para dormir me acompañaba a casa y olvidé decírselo
las palabras son monedas clavadas a la tierra
historias de susy siempre lo he sabido
cómo explicarte hubiese cupido calendario
perdida en los andenes al día siguiente mi sombra caía del piso 29
olvidé decirle que siempre nadie y yo nunca los amores cobardes
lloraba no llegan porque los hombres etcétera
él era despiadado todo un hombre quemado de belleza
mi cuerpo gemía como un gato y lo envidié pero yo nunca
me meto en sus asuntos
dijo tu piel mi nena dame no sé qué cosa qué llave del infierno
yo hubiera declarado desplegado y estrenado un novio
hubiese dicho a mis amigas entrado en cualquier bar hubiese
hubiese vino que me matara
habráse visto tan chiquita y calentando bancos en la plaza
ay corazón si te fueras de madre
siempre la pena entra la pena y la nada
mi cuerpo roto pegado a lo sumido curioso rito de cucharas en
la mesa
sobre la mesa en la ducha él era el agua y me frotaba
belladona
dame en el centro de lo que siempre habla el espejo la sombra
del deseo era lacan sentado en mi escritorio
ah para su estudio de análisis oh para sus análisis
acababa de ver
mi cuerpo demasiado tarde dónde estuviste le decía
ay corazón si supieras ser látigo y dormir



Link del video de la presentación del libro de Villalba, que incluye sus lecturas del poema anterior y de "Según pasan los años": http://www.youtube.com/watch?v=wOx4ityeMI8





Entrega 87: 6 de febrero de 2013





Adrián Cuassolo (Córdoba), poemas publicados en sus notas de Facebook durante 2012.














                       pierpaolo


piel, pabilo, pecas del pecíolo, plaf-nalguicie, pérfida,
pies en polvorosa, trienio, pues, pedos, palizas, pen
                             tasilábico, leo
pardo, lemúridos, pulsar, puzzle, pedro dile a pablo,
putardía, pezonilia, pezón paramaribo,
                                                              polansky,
peldaños, cien, siempre sierpes, poda, poppolo, presas,
                ciné
philo,                       poros,                         padrenóster,
pebetero, peculio, peplum, cool,
                                             police, poetry,
porombre, peltre, tem
                   plario,             pajas,          pryngles,
pederastia en la concha mía: palpitante, próximo,
prójimo, penumb, brrr, k
                                           pullo,
puedo pararla pelícanamente, pogrom, planicie,
                                   es                       
pecia,                          es
palda, púber, palada, res
paldo,     par-simonía, ah, pulular, pómulo, pleni
potencia,
       ario apolo,
potra, pocas pitadas, ramplón, pinche pendejo,
pides, pido pelambre, pateaduras, popa,
                                               ras       pa        je,
pases por pietros pasivos, sarcoma,
                                                tampón, preso por,
prosopopeya, popea, pompa, palmí
pedo: pinkchilas, pantorrillas, a
                                    orillas del tíber,
petrarca,                                           travertino




https://www.facebook.com/notes/adri%C3%A1n-cuassolo/de-adri%C3%A1n-cuassolopoema/347325085328395







                 12

              (rutina)

repetir el golpe de luz
                         de los ojos

cada día

                       para nada




https://www.facebook.com/notes/adri%C3%A1n-cuassolo/de-adri%C3%A1n-cuassolopoemita/337396752987895







Entrega 86: 6 de febrero de 2013






Poema de Amy Benoit traducido por Ezequiel Zaidenwerg. Publicado el 27 de septiembre de 2012 en en su blog.





El lamento de Eva 

Que todo es vanidad y perseguir
el viento lo supimos enseguida:
cada día veíamos reflejada
en el arroyo nuestra propia imagen,
y repetidas en el otro rostro
idénticas facciones; una brisa
nos refrescaba el cuerpo a la mañana
y por las noches nos brindaba abrigo.
El nuestro era el amor de dos hermanos,
salvo que en ese entonces no existía
lo que llaman familia: no teníamos
padres, y si teníamos, se habían
ido de viaje, en un fin de semana
eterno; de volver alguna vez
encontrarían todo igual que antes:
inmaculado el baño; los sillones
sin manchas; convenientemente ocultas
las botellas vacías. El deseo
nunca llegaba a molestarnos, no
por su falta, sino porque deseábamos
aquello que teníamos. ¿Y vos,
por qué deseaste de repente otra
vanidad y otro viento? ¿Te aburría
la textura arenosa de la fruta,
la persistencia del conocimiento?
Que te fuiste, se sabe. Y se borró
detrás de vos la puerta que cruzaste.
Extrañabas el hambre. ¿Ahora comés
o elegiste ayunar? ¿Algo te abriga?
¿Alguien? Yo, si querés saber, aún vivo
en el deslumbramiento de esta zona
sin puertas: el jardín que me dejaste.


(En el blog no aparece el poema en el idioma original).





Entrega 85: 4 de febrero de 2013





Martín Carlomagno (Entre Ríos), poemas publicados en octubre de 2012 en Letra Cosmos.
(El sitio ya no está disponible).













Derrotado por ver la ausencia en la lluvia

La última vez no supo llover.
Todo andaría detrás
pero el pasado reniega de esas gotas.
Queda algo de viento en el ropero.
Queda aún la mano que supo escribir la carta
para después nombrarte.
Nadie va a desvelarse por la ausencia,
a nadie se le escapa un verso ante la lluvia.

El derrotado escribe con la fuerza del agua.






Todos y el muerto en el ropero

Ahora articulo el brazo
para olvidar,
antes de poner distancia
a lo que fue,
es necesario salir.
Abrir el rumbo
en otras direcciones.
Volverse a preguntar algunas cosas.
Cada vez que la muerte
traza su geografía
antepongo el silencio.

A eso de las seis
el último caballo buscaba
algún reparo
junto al viento.
La muerte seguía ahí
entre las hojas.

El aire en campo abierto
deja marcas,
estrellas que aún resuenan
con tu adiós.

Abro todos los días
el ropero
para aquietar tu nombre
y me crecés de golpe
junto al pecho.








Entrega 84: 4 de febrero de 2013






María Montserrat Bertrán (Ituzaingo, pcia. de Buenos Aires), Los jardines de la noche, El Mono Armado, 2012.














Los pensamientos


A jirones
                en brotes
se desgajan

arenilla verdeagua
                                 de una lluvia
luminosa
cegando al navegante
sobre crestas de tormenta
o
sobre mar calmo
espumándose
hacia la orilla
tenue del silencio





La pausa


Hago un hueco.
Adentro es mejor para respirar
y echar luz por poros y raíces…

por una lluviecita que cae sobre mí,
la pausa vibra,
llega de un cuarzo blanco
y calma

aletea
como un colibrí.







Entrega 83: 4 de febrero de 2013






Dante Alighieri, La Divina Comedia. Infierno, traducción de Jorge Aulicino, Goy y Magog, diciembre de 2011.











Canto Primero

En el medio del camino de nuestra vida *
me encontré en una selva oscura:
la derecha senda había perdido.

¡Ah, cuánto el decir cómo era es cosa dura,
esta selva salvaje y áspera y fuerte
que en la mente renueva la pavura!

Es poco menos amarga que la muerte;
pero para tratar del bien que allí encontré
diré las otras cosas que allí he vislumbrado.

No sé bien decir cómo allí entré,
tan lleno de sueño estaba en aquel punto
en que la vía verdadera abandoné.

Pero después que a una colina hube llegado,
allá donde terminaba el valle aquel
que de pavura el corazón me había afligido,

miré a lo alto y vi su espalda
vestida con los rayos del planeta
que derecho lleva a cada uno por su senda.

Entonces el pavor se aquietó un poco
pero en el lago del pecho aún duraba
la noche que pasé con tanta lástima.

Y como quien, con afanoso hálito,
salido fuera del piélago a la ribera
se vuelve al agua peligrosa y mira,

así el ánimo mío, que aún huía,
se volvió atrás a mirar de nuevo el paso
que no dejó pasar jamás persona viva.

Después que reposó un poco el cuerpo fatigado.
retomé el camino por la subida desierta,
tal que el pie quieto siempre era el más bajo.

Y vi allí, casi al comenzar la cuesta,
una onza muy ligera y presta,
que de piel maculada era cubierta

y no se me corría de adelante,
antes bien impedía mi camino tanto,
que intenté más de una vez el dar la vuelta.

Tiempo era del principio de la mañana
y el sol se alazaba entre las estrellas
que eran con él cuando el amor divino

movió al comienzo aquellas cosas bellas;
tal que esperar el bien me era ocasión
de aquella fiera de la piel manchada

la hora del tiempo y la dulce estación;
pero no tanto que pavura no sintiese
cuando la vista de un león se perfiló.

Éste parecía que contra mí venía,
alta la cabeza y con rabiosa hambre;
era como si el mismo aire le temiese.

Y una loba que toda la avidez
parecía cargar en su flacura
y a muchos hizo ya vivir sufrientes,

logró provocarme tanta pesadumbre
con el miedo que infundía su mirada,
que perdí la esperanza de la altura.

Y como aquel que con gusto adquiere
y llega el tiempo que perder lo hace,
y en todos sus pensamientos entristece,

así me hizo la bestia sin descanso,
que, viniendo a mi encuentro poco a poco,
me despeñaba allá donde el sol calla.

Mientras yo me precipitaba al bajo,
delante de los ojos se mostró
quien por su gran silencio parecía mudo.

Cuando vi a aquél en el gran desierto,
"Misericordia por mí", le grité a él,
"quien quiera seas, sombra u hombre cierto!"

Respondióme: "No hombre, hombre ya fui,
y mis padres lombardos fueron,
mantuanos los dos de nacimiento.

"Nací sub Julio, aunque tarde,
y viví en Roma bajo el buen Augusto,
en tiempos de dioses falsos y embusteros.

"Poeta fui, y canté del justo
hijo de Anquises, que llegó de Troya,
después que la soberbia Ilión quemaron.

"Mas tú, ¿por qué a tanta pena vas de vuelta,
por qué no subes el deleitoso monte
que es principio y ocasión de todo goce?

"¿Entonces tú eres el Virgilio y esa fuente
que difunde del hablar tan largo río?",
respondí yo a él con vergonzosa frente.

"Oh de los otros poetas honor y luz,
válgame el largo estudio y el gran amor
que me ha hecho buscar tu libro.

"Tú eres mi maestro y mi autor;
tú eres el único de quien tomé
el bello estilo que me ha dado honor.

"Mira la bestia por la que me vuelvo;
ayúdame de ella, famoso sabio,
que por ella tiemblan venas y latido."

"A ti conviene hacer otro camino",
repuso, después que lagrimear me vio,
"si quieres dejar este lugar salvaje:

"pues esta bestia por la que tú gritas,
no deja a nadie pasar por esta via,
y tanto lo detiene que lo mata;

y ha natura tan malvada y cruel
que nunca llena su ávido deseo
y después de comer tiene más hambre.

"Muchos son los animales con los que se ayunta
y más serán todavía, hasta que el Lebrel
llegue y la haga morir con sufrimiento.

"Éste no comerá tierra ni peltre **
sino sabiduría, virtud y amor,
y su nación estará entre Feltro y Feltro. ***

"De esta humilde Italia será salud
por la que murió Camila la doncella,
Euríalo, Turno y Niso herido.

"Lo arrojará de cada villa,
hasta que lo devuelva a los infiernos
de donde la envidia antes lo envío.

"De donde por ti pienso y discierno
que tú me sigas y yo seré tu guía,
y de aquí te llevaré por lugar eterno,

"dónde oirás los desesperados gritos,
verás los antiguos espíritus dolientes,
cada uno gritando por la segunda muerte;

"y verás a aquellos que son felices
en el fuego porque esperan llegar
cuando se pueda a los beatos.

"A los que después si deseas subir
alma habrá allí más que yo digna:
con ella te dejaré cuando me vaya;

"que el emperador que arriba reina
porque rebelde fui a sus leyes
no quiere que a su ciudad por mí se llegue.

"Impera en todas partes y allí rige;
allí está su ciudad y su alto asiento:
¡oh, feliz aquel a quien elige!"

Y yo a él: "Poeta, te demando
por aquel Dios que tú no conociste,
para que huya de este mal y peor,

que tú me lleves allá donde dijiste,
tal que vea la puerta de San Pedro
y a los que mencionas tan sufrientes".
Entonces se movió, y fui tras él.





* Verdaderos continentes de libros han establecido no sólo año, sino también días y horas en los que discurre este relato ficticio, en una elevada muestra de decisión de no tomarlo como tal. Así pues: Dante tiene 35 años, porque ha dicho en su Convivio que esa es la mitad de la vida de un hombre de su tiempo, si antes no lo arrebata la guerra, el crimen o la enfermedad. El año es pues el 1300. Ahora bien: en el Canto Vigesimoprimero, el demonio Malacoda dirá a Dante (o a su ersatz de ficción) que en el día anterior, cinco horas después de la hora en que hablan, se cumplieron 1266 días desde que tembló el Infierno, agrietándolo y derrumbando puentes. Como tal sismo no puede ser otro que el que, según Mateo, se produjo exactamente cuando murió Cristo, en el mediodía del viernes Santo, se puede, si se suman las veces en que Dante y Virgilio observarán el paso de la Luna y las salidas y puestas del Sol, delinear todo el esquema temporal de la Comedia. Dante, o su personaje sale de la selva oscura la noche del jueves Santo de 1300 del calendario juliano vigente en su época. El amanecer al que alude en este canto sería el del viernes Santo (reforzado este presupuesto por la mención a la dolce stagione, es decir la primavera, en el hemisferio boreal: entonces, fines de marzo o abril); Dante sale del Infierno para las horas últimas de la Vigilia Pascual. Su viaje proseguirá cuando de inmediato entre al Purgatorio, y pase luego al Paraíso. En total, se estiman ocho días, que algunos comentarios intentan hacer coincidir exactamente con los de la Semana Santa de 1300, corriendo al domingo de Ramos el inicio de la travesía. En este supuesto, la subida al Paraíso coincide con la Ascensión de Cristo.


** No querrá tierras ni monedas.


*** Esta alusión ha sido objeto de polémica. Feltro se escribe con minúsculas en las versiones oficiales. Significa "paño", y se prefiere entender que Dante alude a una nación recién nacida, con lo que podría estar refiriendo tanto a la segunda Jerusalén como a una nueva Italia. En la primera opción, el Lebrel es claramente Cristo; en este caso, resulta llamativo que su acción liberadora se limite a Italia, como predican los versos siguientes. Pero Feltro con mayúscula puede mencionar a los montes Feltro. Si así se escribe, Dante podría estar aludiendo en el Lebrel muy precisamente a Ugoccione della Faggiolla, su valedor en un momento de su exilio, cuya familia era originaria de la Faltria, entre los montes Feltro. Aunque toda la Comedia es a la vez un relato político y religioso, algunos comentaristas insisten en que Dante no puede estar refiriendo a un personaje actuante en el 1300, ya que la acción del Lebrel se conjuga en un futuro que no parece cercano. En tren de señalar alegorías seculares, para algunos comentaristas la pantera es la lujuria o la incontinencia, el león la violencia, y la loba flaca, la avaricia; pero también, la pantera es Florencia lujuriosa; el león, el violento Carlos de Valois, y, la loba, el avaricioso poder de Roma que había defraudado a Dante -quien había sido partidario del papado contra el imperio germano-, en el momento en que escribe la Comedia, ya en el destierro. Se robustece esta interpretación en la medida que se considera que el Canto Primero es un portal que puede tener el mayor sentido alegórico, cual el de una iglesia gótica. Además, porque es Dante preciso cuando atribuye a la loba, cuya avidez es directamente proporcional a su flacura, el sufrimiento de mucha gente en el mundo. Significativamente, la loba y los animales con los que "se ayunta", impiden el paso de Dante hacia la cima de la virtud, y ha de volver a la superficie sólo cuando atraviese el infierno, el otro camino que le propone Virgilio, y luego el purgatorio y la visión del cielo. Es esta, pues, una imagen del autor en el desierto del exilio.




Disponible on line en el blog de Aulicino: http://campodemaniobras.blogspot.com.ar/2009/09/dante-alighieri-comedia-infierno-1.html







Entrega 82: 3 de febrero de 2013






Música amable al fin, Mágicas naranjas, 2012.

Texto: Irene Gruss (CABA)
Ilustraciones: Cecilia Afonso Esteves (nació en CABA, vive en Córdoba)


(El poema pertenece originalmente a "Poemas irresueltos", en La mitad de la verdad. Obra reunida 1982-2007, Bajo la luna).




Música amable al fin

Porque las hojas de ese arbolito brillan todavía,
imagino, allá, lejos, el bosque encantado de verano.
Hasta apuraría la noche, a
que el bicherío inunde todo de música amable al fin,
canto que se ríe de lo grave del mar, allá, a pocos pasos,
como el pobre se ríe,
como las chicharras y los sapos se ríen del mar, allá, lejos,
cuando es verano todavía.



Imágenes tomadas del blog Una flor de papel, de Cecilia Afonso Esteves: "el encanto de lo pequeño y la potencia de lo mínimo": http://arteilustracion.blogspot.com.ar/p/l-i-b-r-o-s.html.






Entrega 81: 3 de febrero de 2013





Mónica Angelino (Gral. Rodríguez, pcia. de Bs. As.), Fibro, Edición artesanal Kereme, 2012.
















                                             29

                                  en la coyuntura

                                     justo ahí
                  el desconcierto es arena que se desliza
            por el delgado cuello frágil que retroalimenta
                            su tembladeral de agua

              donde se acoplan hueso y almanaque
           un oscuro trueno relampaguea en los ojos.




                                        30

                     hay noches en que el dolor
                                 se duplica
                        como luna de perro
                                ladrándole
                                al charco.





                                        33

                ¿Será posible que a pesar del cuerpo
                                algo sobreviva?






                                      34

                               fibromialgia

                        del latín fibra: fibra
                    del griego mys: músculo
                     del griego algos: dolor
                    del griego ia: condición

                     así la palabra separada

                                   yo
                            toda junta:
                         desmembrada.










Entrega 80: 3 de febrero de 2013






Beatriz Vallejos (Santa Fe), El collar de arena. Obra reunida, Editorial Municipal de Rosario/Universidad Nacional del Litoral, 2012.












Si entonces

Y el zorzal del amanecer
¿todavía asiste? Trae la hebra
y llama, o es el vidrio
de la ventana del oeste,
cerrada ya, si escucho su reflejo
del rectángulo como una hendidura.

Existe, o es su enviado,
o relaciona nuestro recuerdo común
para ese cofre de infancia
de ceremonia cotidiana
¿confinada ya?




Rocío

Permanece;
no ha cesado el amanecer.





Atardece

apaisado profundo





La pianola

La pianola del Viejo Chaleco, contrabandista del puerto, teclea desdentada. Una tecla para el cigarro. El humo desbarata el humo en verdes algas melodiosas. La pianola gargula canciones de Popey. El Viejo camina a pequeños pasos, mudo. Acaso sea chino.
Tira del río y entran por la ventana amarillos y sábalos.
Dice no querer río; tirar del mar dice. Y tira de la cola al mar. El Viejo mide el salón a grandes piernas de pared a pared y se planta en el medio, a dos botas, a escuchar el mar. Acaso sea cosaco. Manivela en vaivén.
El Viejo salta al estaño y baja con un balón de chopp y una bomba redonda. Encendida.
Los dos monos sabuesean el rastro por encima de las mesas de patas de dragón; por debajo de las pilas de los posavasos de corcho.
Caramba,
han pasado cien años.
El Viejo, en la puerta de su cafetín, saluda al barco. La ronca sirena sopla contra el viento. Encalla.
Caramba,
han pasado cien años.







Entrega 79: 2 de febrero de 2013





Daniel Battilana (Buenos Aires), poemas publicados durante 2012 en su blog.













Lo poco


Una primera cosa una misma cosa nos altera con alivio de rigor.


Es con soltura que recorro lo que habita el sueño
armo mis ojos en las aberturas ponderadas de miedo.


Fuerzo la salida, uno es la puerta.


Por el visillo nos derrota el tiempo
hecho a la manera de suponerlo
eso parecido a la torpeza.


Queremos ver con un querer que olvidó
la mirada antigua de lo poco.


Hartos los sueños
emiten su escrúpulo vacío
a la sombra de lo real amparo.


Tener calibrado el cilindro del ánimo
palpitar hasta el supuesto
en que despiertan las sombras del día
(esa noche exagera en nosotros
la sustancia perezosa que roza la palabra nunca)


La luz del ruido nos hace nítidos,
viene de cuando estábamos juntos y
fruncíamos el cuerpo de los intentos.


La intemperie del final presta sus ruinas
al torpe y sagrado momo de esta risa.


La casa se me ha dormido de tanto llorar silencio.



http://danielbattilana.blogspot.com.ar/2012/09/lo-poco.html





Ladrillos



Miro los ladrillos
que el viejo puso
a reposar tranquilos
Unos sobre otros
ordenan el tiempo
de esta casa
Puesta donde está
la casa nos observa
ida de retornos
me teme tibia
cuando apresura
su silencio de aplomo
Unos sobre otros
mis cimientos
fuerzan maquinadas
En las paredes
esta impresión de apoyo
y de resuelto despojo
En las paredes la luz
que nos devuelve el día
No es la noche
la que motiva el sueño

es un rival de pobreza
de juicio quitado
cáscara de rebeldía
¿Dónde estamos?
Me quedé en lo que mitiga, en ser.
Preso de varas
otra vez
en los detalles involuntarios
soy feliz.



http://danielbattilana.blogspot.com.ar/2012/02/ladrillos.html









Entrega 78: 2 de febrero de 2013





Marina Yuszczuk (Bahía Blanca/Buenos Aires), Lo que la gente hace, Blatt & Ríos, 2012.













El show


La tristeza no quiere
ser invisible

si se agazapa
como un gato
esquivo
y hace de cuenta que esconde
la cara
es para que la miren

su esencia
busca la visibilidad
sólo por eso
las lágrimas salen
de la intimidad
y ruedan por las caras

un efecto dramático
imprescindible

¿quién está triste solo
si aunque sea se mira
y dice "pobre"?

la tristeza no quiere
ser invisible
ni estar muda.





Todos los niños crecen menos uno


Justo hoy que el cielo es blanco
igual que nieve
todo se ve
con mucha claridad
con demasiada luminosidad
no te distraigas

la cantidad de luz
comprimida en las nubes
es un peligro
una pared apenas de algodón
nos guarda
de lo que sea que hay del otro lado

si nos entra la muerte
sabés que va a ser por los ojos.







Entrega 77: 2 de febrero de 2013




Valeria Flores (Neuquén), Bruma coja, La mondonga dark, 2012.















engrasa sus frases en
lo seco y lo certero
una economía de la saliva
de vulgar simpatía por
el silencio así, el desnivel
desahogo del yugo
por decirlo todo








de sus tripas emana
un olor dulzón, súbito bramido
de cariño bocado indigesto
para los aficionados al dolor







se hace áspera la penumbra
en el lugar del sexo depurado
gasas y oraciones
rebozan su olor de pez
arrancado del anzuelo,
bruma boquea
el aire mortal ante la mirada
jocosa de los curiosos
viva en carne
su burbujeo propaga
una música, guijarros
cocidos en la entraña






Entrega 76: 1º de febrero de 2013




Daniel Freidemberg (nació en Chaco, vive en CABA), Sonidos de una fiesta ajena. Antología personal, Ruinas Circulares, 2012.













Agradecido por el modo en que llega la luz...


Agradecido por el modo en
que llega la luz
sobre el espejo y sobre el cromo
de las canillas, ordeno la mente.
Yo estaba en un sueño donde iba a morir,
pero eso fue hace tiempo.
Ahora, despierto, en un planeta
que a ratos conozco
igual que piedra en agua espesa, caigo,
a este lugar y esta hora exactos,
o que hoja desprendida de árbol
en día de calma
(o que hoja
desprendida
de árbol
en día de calma). Atrás,
en la ventana, el mundo
a esta hora suena igual que el mar,
pero el mar está lejos, el mar no hace falta.






De tus costados no nació el amor, mi amor...



De tus costados no nació el
             amor, mi amor,
sino ahí fui a dar
como quien nombra en la noche su casa,

y no empezaba nada, en realidad, ni yo a
decir verdad, llegaba
sino algo en mí que en tu estar se juntó,
ahí duros en la guerra de vivir, y a los pedazos
por donde todavía te andaré a buscar
como en la noche con la lámpara

            y estás
igual que la noche y la lámpara
hecha de todo lo callado
y todo lo que no aprendo a nombrar
y lo que, al hacer amor, hago

para que como el agua sea el amor
que en su venir se vaya
ahora y cuando entera te extendés
como el presente entre las sábanas
y es el presente que celebro, no lo puedo creer.





Mayo (II)


Detrás de la ventana, lluvia,
y detrás de la lluvia, música nocturna
                        de bajos eléctricos
como si fuera el fin del mundo.
   Como si fuera el fin de un mundo:
sonidos de una fiesta ajena,
entre el caer, continuo, del agua,
allá, al fondo de todo, en lo negro.
    Nubes blancuzcas a la mañana en
                                     el charco, un papel
como crucificado, también blanco, en el gris, viento,
y algo en el viento, o detrás de él, o en la mente
                                                  (ruidos al fondo
de la oscuridad, el caer de un agua), y la luz:
el lento hacerse otra vez del mundo en la luz;
un lento hacerse, otra vez, y el mundo, y la luz.







miércoles, 25 de diciembre de 2013

Entrega 75: 1º de febrero de 2013





Pamela Terlizzi Prina (Adrogué, pcia. de Bs. As.), Estado de espesura, Ruinas Circulares, 2012.













Hermano


Tuve un hijo de mi madre

Mi gravidez fue la de una casa
de seis ovarios

Sin azules la casa devora
pone agujas en el algodón
deduce de una caricia
el hervor
de un perfume
el filo
de un jarro
la sed

Tuve un hijo en esa casa
lo parí en prédica
en defensa de los fantasmas
en la entrega del álgebra
de los relojes
y la vergüenza

Lo tuve y lo tengo
por sobre el verbo y el alimento
adentro y lejos

Y me reverbera la carne
que es la suya
el parpadeo lerdo
que es el suyo
las manos vueltas
ratas o palomas o caníbales
según el cielo
el ruido

Tengo un vientre mudo entre los brazos
uno que no dice nanas
uno que ciñe la niñez que guarda la memoria
la misma que flagela la verdad
un yo madre del hijo de mi madre





Hambre


                              "El terror es un conejito muy lindo,
                              da gusto poder tocarlo".
                                                 Liliana Díaz Mindurry



Caracolas negras son tripas

Hago silencio no los llamo gusanos ni moluscos
ni les digo del asco o la guerra

Me completan de seres muertos destrozados por mí
por mis dientes inescrupulosos voraces

Por cada verso un bocado
es una caída sin orillas ni abismo
un displacer redondo
una motricidad que me compele a la inocencia

Soy un rostro que no me cabe en las manos
para llorar con un quejido apenas
un cuerpo que no me cabe en el cuerpo
que crece de un silencio mudo y sólido
sordo y afiebrado

Todos los diablos del estómago me patean
cuando muero un poco
boca abajo
cuando quiero salir de mí
y empequeñecerme y decir
y que la voz suene
arda
cante






Entrega 74: 1º de febrero





Leticia Ressia (Pellegrini, pcia. de Bs. As.; vive en Córdoba), La selva oscura, Pan Comido/Gráfica 29 de Mayo, 2012.













La esperanza

   
Espero.
El sarro sigue acumulándose
en las canillas y el interior de la pava.

La dicha despertará un día
de esos lugares oscuros.

El tiempo también
aguarda algo de nosotros.





Barro adentro

                                   "La Pampa entera es el vasto lecho de un mar". Adán Buenosayres



Dos metros bajo el agua
crece el monte.
No hay luz ni mirlos,
aquí la palabra está muerta
podrida con otros organismos.
Crece negro y baboso
el alambrado,
viene en aguas turbias
el desierto.

Somos lo que apareció de él
y rayamos el crepúsculo
con las uñas de los gauchos fósiles.
Nada se parece al encanto infantil de las horas,
yermo el cielo
faenada ya la carne de nuevas cautivas
la patria grande
envenena.