Carlos Aprea (La Plata, Buenos Aires), Pueblos fugaces, Libros de la Talita Dorada, City Bell, 2012.
Luz o la balada de la construcción permanente
Llegamos a Luz
guiados en la noche
por las altas llamaradas
y contemplamos el regocijo unánime
rodeando las hogueras.
Fascinados ante el resplandor,
incendiaban las míseras moradas
y en las mañanas
las volvían a levantar.
Península
a proa salta sobre el agua un pez plateado,
el bote se mece sobre un aceite luminoso,
el sol del mediodía,
la sal sobre la boca,
la felicidad del mar.
El cajón del Atreuco
Malabares
En Ronda
En Ronda los días son más largos
y la vida más lenta,
todos saben esperar,
y no matan el tiempo,
lo distraen
regando historias
de viajeros ansiosos
y exploradores implacables
que, por pura prisa,
no dejan florecer los deseos,
y acaban
con los dones del lugar,
las tardes frente al río,
y los contadores de historias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario