Algo de la poesía publicada en la Argentina de fines de 2011 a enero de 2013.
Desde el 2 de enero hasta mitad de febrero de 2013, realicé cien notas de facebook con lecturas de poesía publicada en el país desde los últimos días de 2011 hasta los primeros de 2013. La selección, que llevaba el mismo título que este blog, abarcó textos que aparecieron en papel y en blogs, tanto de poetas como de traductores de distintos lugares de la Argentina. Las que denominé "entregas de poesía" también incluyeron doce "yapitas": otras notas con videos y audios de lecturas de poesía en distintos tipos de experiencias.
En los últimos días de diciembre de 2013, decidí reunir todo ese material en este blog, más algunos agregados de libros que también se publicaron en 2012 y que no había llegado a incluir en la primera selección.
No hace falta aclarar que estos textos no agotan toda la poesía publicada durante ese año, pero intenta ser un aporte que muestre las variadas y valiosas poéticas que podemos leer actualmente en el país.
viernes, 20 de diciembre de 2013
Entrega 4: 3 de enero de 2013
Marcelo Cutró, Rumania/Santa Isabel, Ediciones en Danza, marzo de 2012.
Entran soldados por el callejón Ronsin. Llevan
máscaras en las mejillas, de madera oscuras y
brillantes. Parecen rezar en voz alta. ¿Cantan? Entre
esas voces, una busca la columna por donde suben los
muertos de Rumania.
Miran desde el espejo con ropa del pasado. Han estado
lejos, entre pequeños hongos con curvas de seda.
Herederos de un pájaro dorado, siguen cantando en los
entierros, bailes o casamientos.
Los días azules bajan hasta endurecerse y brillar.
Caen como nieve. Tormenta de música en el bronce de
esta luz arbolada. El deseo del piano es no memorizar.
La musa quiere dormir, volverse desconocida, una
figura que el Sena no encuentre al amanecer.
Mira el callejón. Lluvia gastada sobre las paredes de la
música.
Ruinas de una fecha sin fin, las máscaras cerca.
La piedra en el silencio es una mesa invisible.
Noche flotante. Hacia arriba los ausentes, hojas
luminosas cayendo como estrellas sobre los techos.
En la frente de un campesino, calles con soldados que
se abrazan silenciosamente. Música que brilla.
[...]
Ha enrollado las cuerdas de unos pájaros sagrados. Las
manos del escultor obedecen a la piedra. Se multiplica
el silencio.
Ahí donde la luz parece agua tostada, no hay
contemplación, hay engaño. Árboles negros que, frente
a las virtudes del abatimiento, cantan.
[...]
Toda intimidad es milagrosa. Martilla el silencio que
une los pájaros a una pesadilla. Otra música oscurece
entre sus manos.
Esos manteles blancoa flameando frente al insomnio de
las esculturas recuerdan a los esclavos con la luna en
las rodillas: Noche que va hacia el horizonte contrario.
Su instinto de faisán oye las primeras exclamaciones.
Una bruma ruidos recorre la Avenida de las sillas.
Placeres veloces haciendo de la noche una sábana
antigua.
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